Mis hijos son verdaderamente increíbles.
Mi hija Felicidad nunca dejará de sorprenderme con sus actitudes, reacciones, preguntas, reflexiones....
Hace unos días escribió un poema -el cual os transcribo más abajo para que lo disfrutéis como yo lo disfruto cuando lo leo-.
¿Cómo pudo ocurrírsele? -mi padre diría: "...puñetera niña..."-
Le digo a mi hija:
Mi hija Felicidad nunca dejará de sorprenderme con sus actitudes, reacciones, preguntas, reflexiones....
Hace unos días escribió un poema -el cual os transcribo más abajo para que lo disfrutéis como yo lo disfruto cuando lo leo-.
¿Cómo pudo ocurrírsele? -mi padre diría: "...puñetera niña..."-
Le digo a mi hija:
"lo más importante en nuestras vidas es aquéllo que vive dentro de nosotros y nunca desaparece",
a lo que me contesta:"papá, esto es lo que siento cuando pienso en Dios".
Respuesta fascinante ¿no creéis?
O sea, hija mía, Dios te ha concedido la Gracia de conocerle, así como el don de interpretar en poesía la belleza y el amor que tu corazón y tu imaginación perciben.
Entonces ¡¡adelante!! yo te ayudaré a conocerle más y más, y cómo no, también escribir ese libro que quieres escribir. Así me sentiré cada vez, más orgulloso y más unido a tí.
El poema dice así:
El poema dice así:
“La princesa y su amado”
Yo era una princesa
Yo era una princesa
tan bella como un clavel;
yo amaba a mi amado,
yo amaba a mi amado,
mi amado era él.
Yo ardía en deseos,
Yo ardía en deseos,
yo sólo quería saber;
preguntaba y preguntaba,
preguntaba y preguntaba,
quién vivía en el palacio aquél.
Linda, linda eres tú; linda, linda como la luz;
tus ojos me iluminan como los rayos del sol,
y hablas tan dulce como un ruiseñor.
Yo miraba a mi príncipe,
Linda, linda eres tú; linda, linda como la luz;
tus ojos me iluminan como los rayos del sol,
y hablas tan dulce como un ruiseñor.
Yo miraba a mi príncipe,
tan bello como el Sol,
y él siempre me decía
y él siempre me decía
que yo era su gran amor.
Yo le preguntaba quién era su amor,
Yo le preguntaba quién era su amor,
y él me contestaba que su amor era yo;
y me puse a cantar, y me puse a bailar,
y me puse a cantar, y me puse a bailar,
pues era el día de la felicidad.
Linda, linda eres tú; linda, linda como la luz;
Linda, linda eres tú; linda, linda como la luz;
tus ojos me iluminan como los rayos del sol,
y hablas tan dulce como un ruiseñor.
-Poema de Felicidad Castillo (8 años)-
Felicidad, hija mía, sabes que te quiero mucho, estoy orgulloso de tí. Que Dios te bendiga.
Un beso muy fuerte; TU PADRE.