Y nunca mejor dicho, VIDA NUEVA.
El primer día del año Dios nos vuelve a dar la vida, y este año, de un modo muy especial: de nuevo me hará sentir la alegría de ser padre.
Mi esposa, siempre fiel, siempre valiente y, cómo no, siempre bellísima, vuelve a obsequiarme con otro trocito de su valioso e incansable ser. Mis hijos vuelven a aplaudir de forma incesante y buscan nombres para su nuevo hermano.
Gracias Señor por la vida. Hoy vuelves a entrar un poco más en nuestro hogar para hacernos sentir vivos. Gracias Señor por todos estos años que me estás regalando. Gracias Señor porque eso es lo que eres, mi Señor.
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