jueves, 23 de abril de 2009

Aquellas nuestras grandes librerías


Por razones que no vienen al caso, me vi obligado el martes a caminar muy lentamente por las callejuelas adyacentes a la Calle del Marqués de Larios y, como digo, al ir caminando muy despacio, fui mirando hacia los escaparates de varias librerías especializadas que, en mi juventud, conocí y que, por suerte, solía frecuentar.

También solía frecuentar, como obviamente cabe esperar de una maltrecha economía estudiantil, la librería de ocasión de la esquina con Calle Fresca que, por cierto, siempre tenía aquel libro imposible que necesitaba y que no conseguía encontrar por ninguna parte a precio asequible.

Cuál no fue mi sorpresa al comprobar que estas librerías ya no están en su sitio (al menos en el sitio que siempre habían estado).

Sigo caminando (por supuesto muy lentamente) y puedo leer “Libros de Ocasión”. Pero la puerta está cerrada y no tiene escaparates. Miro y miro, pero resulta que parece no existir ya. Eso sí, las tiendas de bolsos, zapatos y vestidos, así como los bares y restaurantes de toda la vida sí que están abiertas y, por cierto, con gran afluencia (y eso que estamos en crisis y nadie puede gastar un euro, ¡qué cosas!).

Eso sí: allí en donde estaban “mis librerías de toda la vida" ahora hay tascas y bares de tapas. Muy bien por sus dueños; de hecho es un gran acierto, porque en esta nuestra preciosa ciudad, con este envidiable clima, en el entorno de nuestro centro histórico siempre apetece entrar en una tasquilla para refrescarse con una cervecita (y yo de eso sé mucho), pero… ¿dónde están los libros? ¿Adónde se los han llevado?

Ante tamaña sorpresa y perplejidad, sólo me cabe recordar una bonita y pegadiza canción de Rosa León que decía aquello de “Todo, todo, todo está en los libros”, y a veces se la canto a mis hijos. Pero no consigo encontrar canción alguna que diga “todo está en las cañas”. ¿Alguien conoce alguna para que se la pueda cantar y que, al ser educativa, se les quede grabada en sus mentes como a mí se me quedó aquélla de los libros cuando la oía en cierto programa infantil?

Una gran suerte, un maravilloso privilegio el vivir y disfrutar de esta nuestra encantadora “Málaga, Ciudad del Paraíso”, pero una gran lástima el no tener a mano aquellas nuestras grandes librerías que los de mi generación siempre frecuentábamos.


No tengo nada en contra de los bares, las tascas y las tiendas de zapatos, bolsos y vestidos (antes al contrario, para tomar cañas, soy el primero que se apunta) pero, por favor:
¿Dónde están ahora aquellas nuestras grandes librerías?

1 comentario:

Valle dijo...

Me acuerdo perfectamente de esa canción de Rosa León a la que haces referencia. Es cierto "todo está en los libros" aunque los estén internetizando (no sé si se dice así), pero nada que ver con poder notar el libro en las manos, oler sus ojas, recrearse en esa lectura que es más cercana en el papel que en una pantallita de ordenador.
Y ahora, con esta "cultura de la copita" pues eso, bares y más bares para refrescar el gaznate de los sedientos.
¿Que dónde están aquellas nuestras grandes librerías? Pues seguro que cada uno llevamos en nuestra memoria aquella que más frecuentábamos y donde siempre podíamos encontrar, como bien dices, el libro imposible que se necesitaba.