martes, 24 de marzo de 2009

Egocentrismo

Dice el diccionario de la R.A.E.: "Exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales".

Pues sí señores, eso significa. Nunca había oído ni leído mejor definición que esta que nos sugiere nuestra Real Academia. Y es que, mis queridos amigos, en muchísimas ocasiones, el lenguaje es un gran apoyo para poder expresar lo que sentimos, narrar lo que vivimos o bien desarrollar lo que deseamos transmitir; a pesar de que, también en otras muchísimas, el lenguaje sirva de bien poco, o mejor dicho: para casi nada.

Pienso que eso les ocurre a los egocéntricos (y egocéntricas, claro): el lenguaje les sirve de poco.

Tengo muchos compañeros, conocidos, e incluso, amiguetes (no amigos, porque esos no tienen amigos, sino coleguillas, amiguetes, acompañantes de cervecitas y cosas así), que son bastante egocéntricos. Tanto, tan egocéntricos, tan exaltados de sí mismos, que son incapaces de dar nada sin esperar algo a cambio. Y además es curioso. A menudo se prodigan en frases como: "bien sabes que yo no soy un déspota", y también "con el corazón en la mano", e incluso "bien sabe Dios -si existe- que no trato de poner zancadillas"..., y cosas por el estilo. Sin embargo, no se dan cuenta de que, con tanto preámbulo, están apuntando aún con más crudeza hacia los otros para, al fin, salir ellos triunfantes.

Pobre gente. Qué pocos amigos tienen. Qué solos se encuentran.
Y eso que siempre están rodeados de "bultos humanos merodeando a su alrededor".

Son los típicos que piensan: "primero yo", "después yo" y finalmente "siempre yo", para que "si queda algo, para mí también". Esta frase me la enseñó mi abuela materna, y quedó en mi memoria para siempre.

Egocéntrico es todo aquel que no escucha al prójimo pero sí que se hace oír.
Egocéntrico es todo aquel que no espera al compañero pero sí que se hace esperar.
Egocéntrico es todo aquel que no sabe amar pero que sí exige a los demás que aprendan a amarle a él.

Querido lector, por favor, no seas egocéntrico. Harías mucho daño a quienes tengas alrededor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que es una pena que haya gente así, con lo bien que se vive en el anonimato, sin llamar la atención, haciendo las cosas sin esperar nada a cambio; claro está que tampoco las puñaladas traperas, pero eso es algo que está ahí y cuando menos y de quien menos te los esperas, te pueden llegar.
Y como bien dices, qué pocos amigos tienen, porque los que se dedican a adularlos, a echarles todo tipo de flores por lo que hacen, en realidad no son amigos; en el fondo sólo sienten la soledad y una manera de ocultarla es esa, estar siempre queriendo ser el centro de atención, que su opinión quede siempre por encima de los demás, ......, en definitiva triunfar en todo para, en el fondo sentirse simplemente "fracasados"
¡Dios nos libre del egocentrismo! y por qué no, que libre a todos aquellos que viven siéndolo.
Buen día a todos.

Raúl Cremades dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Juanjo. El problema es que todos solemos tener momentos "egocéntricos" y hay que luchar para que sean los menos posibles.