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Crisis y crisis, y más crisis.... No se habla de otra cosa en estos días. ¿Cuánto durará esto?
Y, cuando digo que no me lo cuenten más, me dicen: "claro, a tí ahora no te preocupa porque aún tienes trabajo, pero ya verás, ya..."
Ya veré, sí pero, ¿qué veré?, veré lo de siempre, ¿verdad?
O sea, ricos que siguen siendo ricos y pobres que seguirán siendo pobres.
Este ha sido siempre el secreto de todas las "grandes economías": ricos muy ricos y pobres muy pobres. No hay término medio. Ni lo habrá mientras que sigamos hechos de la materia de la que estamos hechos.
El problema está en que ya no nos cabe más ansia de riqueza, lujo y poder. No, queridos amigos, no nos queda más hueco. Y tanta culpa tenemos nosotros como los políticos; tanta culpa tenemos los obreros como los patrones... El patrón porque explota, y el obrero porque gasta más de lo que tiene, y ahí está el follón montado (sálvese el que pueda).
¿Nadie ha pensado nunca que gracias a Dios, tenemos de todo? Es más, tenemos de sobra.
Hoy en día no nos falta alimentación; la producción siempre sale con excedentes, por eso, y con toda lógica "se tira" y "se derrocha" la comida, porque no es elegante comer comida de excedentes sobrantes. Pero esto que se lo cuenten a los Somalíes, -por citar un ejemplo-, que ellos de elegancia y alta cocina entienden taco.
Actualmente las tecnologías nos desbordan; así sabemos tanto..., sólo nos asomamos a las grandes enciclopedias de Internet y nos sumergimos en un grandilocuente pozo de sabiduría y textos bien redactados -aquí no cito ejemplos, porque todas son ejemplares-.
En nuestro siglo la medicina ha alcanzado límites insospechados; ya véis, tan es así que sólo nos falta descubrir cómo se podría curar un simple resfriado, pero por lo demás, la medicina es lo más. ¡Qué portento de inteligencia!
Qué cosa tan absurda ésta de la crisis y la recesión.
Pobres ricos, ahora serán un poco menos ricos. Bueno perdón, menos ricos no; serán lo mismo de ricos, pero ganarán menos. Y esa es su tristeza, que en estos tiempos no engordarán sus fortunas pero bueno, ya verán ya... ya verán (como me dicen a mí, por Dios, qué risa me da).
Hubo quien se montó en una burbuja, pero la burbuja explotó.
Y, cuando digo que no me lo cuenten más, me dicen: "claro, a tí ahora no te preocupa porque aún tienes trabajo, pero ya verás, ya..."
Ya veré, sí pero, ¿qué veré?, veré lo de siempre, ¿verdad?
O sea, ricos que siguen siendo ricos y pobres que seguirán siendo pobres.
Este ha sido siempre el secreto de todas las "grandes economías": ricos muy ricos y pobres muy pobres. No hay término medio. Ni lo habrá mientras que sigamos hechos de la materia de la que estamos hechos.
El problema está en que ya no nos cabe más ansia de riqueza, lujo y poder. No, queridos amigos, no nos queda más hueco. Y tanta culpa tenemos nosotros como los políticos; tanta culpa tenemos los obreros como los patrones... El patrón porque explota, y el obrero porque gasta más de lo que tiene, y ahí está el follón montado (sálvese el que pueda).
¿Nadie ha pensado nunca que gracias a Dios, tenemos de todo? Es más, tenemos de sobra.
Hoy en día no nos falta alimentación; la producción siempre sale con excedentes, por eso, y con toda lógica "se tira" y "se derrocha" la comida, porque no es elegante comer comida de excedentes sobrantes. Pero esto que se lo cuenten a los Somalíes, -por citar un ejemplo-, que ellos de elegancia y alta cocina entienden taco.
Actualmente las tecnologías nos desbordan; así sabemos tanto..., sólo nos asomamos a las grandes enciclopedias de Internet y nos sumergimos en un grandilocuente pozo de sabiduría y textos bien redactados -aquí no cito ejemplos, porque todas son ejemplares-.
En nuestro siglo la medicina ha alcanzado límites insospechados; ya véis, tan es así que sólo nos falta descubrir cómo se podría curar un simple resfriado, pero por lo demás, la medicina es lo más. ¡Qué portento de inteligencia!
Qué cosa tan absurda ésta de la crisis y la recesión.
Pobres ricos, ahora serán un poco menos ricos. Bueno perdón, menos ricos no; serán lo mismo de ricos, pero ganarán menos. Y esa es su tristeza, que en estos tiempos no engordarán sus fortunas pero bueno, ya verán ya... ya verán (como me dicen a mí, por Dios, qué risa me da).
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Hubo quien se apretó el cinturón, pero también el cinturón explotó
(ya que el susodicho su fortuna engordó).
Hubo quien ni se montó ni se apretó, pero con toda esta historia, sí que se jodió.
Perdonadme tales atrevimientos, pero hoy ya van por 23 las veces que he oído la frase "estamos en crisis". Y siempre repetida por los mismos oscuros y ciegos artífices.
Querido Dios, ¿podrías dar un poco de luz a estos oscuros artífices?
Querido Dios, ¿podrías dar un poco de luz a estos oscuros artífices?