miércoles, 1 de abril de 2009

Qué pocos éramos hoy

Hoy una de mis hijas se fue de excursión con el cole.
Increíble pero, a pesar de que normalmente somos siete en la mesa, hoy sólo éramos seis y, fijaos qué cosas:
parecíamos poquísimos.
Y eso que esta hija mía no es de las que más hablan, como tampoco es, de mis hijos, de los que más ruido hacen.
Sin embargo el vacío estaba ahí: una silla vacía ¡¡Qué horror!!
Y los hermanos preguntaban dónde estaba.
¿Veis? Al final no es tan grande mi ejército.
Antes al contrario, cada vez que falta alguno de mis hijos, la casa parece estar vacía.
Hija mía, espero lo hayas pasado fenomenal en tu excursión pero:
¡qué pocos éramos hoy!

2 comentarios:

Café Concierto La Muralla dijo...

En primer lugar, encantado de haberte encontrado en la red, de que visites mis poemas y de poder acceder a este hermoso blog, cargado de buenos sentimientos. Yo tuve la suete de nacer en una familia numerosa, éramos seis hermanos y es cierto lo que de forma tan bella nos cuentas. Cuando uno faltaba se producía un vacío enorme. Desgraciadamente mis padres fallecieron, pero entre todos mantenemos vivos sus recuerdos, que son los nuestros. Y nos seguimos viendo y seguimos formando una gran familia. Un abrazo.

Raúl Cremades dijo...

Es cierto, Juanjo, cada persona es imprescindible. Nadie es intercambiable. Esa es la grandeza del ser humano y de nuestro Creador. Muy buena reflexión la tuya sobre tu hija.
Un abrazo.