Cada día se nos presenta cual inmenso reto en donde cientos o incluso miles
de obstáculos tratan de impedir que cumplamos nuestros sueños o que alcancemos
nuestras metas.
En cierto modo somos esclavos de nuestras palabras, de nuestros actos, de
nuestras actitudes. Somos esclavos de aquello que, en definitiva, nos define
como únicos y nos configura como absolutamente irrepetibles en esta compleja
especie humana.
Pero allí, en lo más profundo de nuestros pensamientos, en lo más secreto
de nuestro interior, en aquella sacratísima estancia de nuestra propia alma, es
en donde somos realmente libres. Es ese lugar en donde, de modo absolutamente
inefable, se cumplen nuestros sueños, se alcanzan nuestras metas y finalizan
nuestras inquietudes. Es allí en donde nos mostramos en la plena desnudez de lo
que realmente somos.
Por tanto, ninguna barrera, ningún obstáculo, ningún impedimento y ningún
muro o valla conseguirá jamás detener la persecución sin condiciones de
nuestras metas y nuestros sueños.
Feliz martes amigos, vamos a por todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario