lunes, 27 de abril de 2009

Esos oscuros artífices...



Crisis y crisis, y más crisis.... No se habla de otra cosa en estos días. ¿Cuánto durará esto?
Y, cuando digo que no me lo cuenten más, me dicen: "claro, a tí ahora no te preocupa porque aún tienes trabajo, pero ya verás, ya..."
Ya veré, sí pero, ¿qué veré?, veré lo de siempre, ¿verdad?
O sea, ricos que siguen siendo ricos y pobres que seguirán siendo pobres.
Este ha sido siempre el secreto de todas las "grandes economías": ricos muy ricos y pobres muy pobres. No hay término medio. Ni lo habrá mientras que sigamos hechos de la materia de la que estamos hechos.

El problema está en que ya no nos cabe más ansia de riqueza, lujo y poder. No, queridos amigos, no nos queda más hueco. Y tanta culpa tenemos nosotros como los políticos; tanta culpa tenemos los obreros como los patrones... El patrón porque explota, y el obrero porque gasta más de lo que tiene, y ahí está el follón montado (sálvese el que pueda).

¿Nadie ha pensado nunca que gracias a Dios, tenemos de todo? Es más, tenemos de sobra.

Hoy en día no nos falta alimentación; la producción siempre sale con excedentes, por eso, y con toda lógica "se tira" y "se derrocha" la comida, porque no es elegante comer comida de excedentes sobrantes. Pero esto que se lo cuenten a los Somalíes, -por citar un ejemplo-, que ellos de elegancia y alta cocina entienden taco.

Actualmente las tecnologías nos desbordan; así sabemos tanto..., sólo nos asomamos a las grandes enciclopedias de Internet y nos sumergimos en un grandilocuente pozo de sabiduría y textos bien redactados -aquí no cito ejemplos, porque todas son ejemplares-.

En nuestro siglo la medicina ha alcanzado límites insospechados; ya véis, tan es así que sólo nos falta descubrir cómo se podría curar un simple resfriado, pero por lo demás, la medicina es lo más. ¡Qué portento de inteligencia!

Qué cosa tan absurda ésta de la crisis y la recesión.
Pobres ricos, ahora serán un poco menos ricos. Bueno perdón, menos ricos no; serán lo mismo de ricos, pero ganarán menos. Y esa es su tristeza, que en estos tiempos no engordarán sus fortunas pero bueno, ya verán ya... ya verán (como me dicen a mí, por Dios, qué risa me da).

Hubo quien se montó en una burbuja, pero la burbuja explotó.
Hubo quien se apretó el cinturón, pero también el cinturón explotó
(ya que el susodicho su fortuna engordó).
Hubo quien ni se montó ni se apretó, pero con toda esta historia, sí que se jodió.

Perdonadme tales atrevimientos, pero hoy ya van por 23 las veces que he oído la frase "estamos en crisis". Y siempre repetida por los mismos oscuros y ciegos artífices.

Querido Dios, ¿podrías dar un poco de luz a estos oscuros artífices?

jueves, 23 de abril de 2009

Aquellas nuestras grandes librerías


Por razones que no vienen al caso, me vi obligado el martes a caminar muy lentamente por las callejuelas adyacentes a la Calle del Marqués de Larios y, como digo, al ir caminando muy despacio, fui mirando hacia los escaparates de varias librerías especializadas que, en mi juventud, conocí y que, por suerte, solía frecuentar.

También solía frecuentar, como obviamente cabe esperar de una maltrecha economía estudiantil, la librería de ocasión de la esquina con Calle Fresca que, por cierto, siempre tenía aquel libro imposible que necesitaba y que no conseguía encontrar por ninguna parte a precio asequible.

Cuál no fue mi sorpresa al comprobar que estas librerías ya no están en su sitio (al menos en el sitio que siempre habían estado).

Sigo caminando (por supuesto muy lentamente) y puedo leer “Libros de Ocasión”. Pero la puerta está cerrada y no tiene escaparates. Miro y miro, pero resulta que parece no existir ya. Eso sí, las tiendas de bolsos, zapatos y vestidos, así como los bares y restaurantes de toda la vida sí que están abiertas y, por cierto, con gran afluencia (y eso que estamos en crisis y nadie puede gastar un euro, ¡qué cosas!).

Eso sí: allí en donde estaban “mis librerías de toda la vida" ahora hay tascas y bares de tapas. Muy bien por sus dueños; de hecho es un gran acierto, porque en esta nuestra preciosa ciudad, con este envidiable clima, en el entorno de nuestro centro histórico siempre apetece entrar en una tasquilla para refrescarse con una cervecita (y yo de eso sé mucho), pero… ¿dónde están los libros? ¿Adónde se los han llevado?

Ante tamaña sorpresa y perplejidad, sólo me cabe recordar una bonita y pegadiza canción de Rosa León que decía aquello de “Todo, todo, todo está en los libros”, y a veces se la canto a mis hijos. Pero no consigo encontrar canción alguna que diga “todo está en las cañas”. ¿Alguien conoce alguna para que se la pueda cantar y que, al ser educativa, se les quede grabada en sus mentes como a mí se me quedó aquélla de los libros cuando la oía en cierto programa infantil?

Una gran suerte, un maravilloso privilegio el vivir y disfrutar de esta nuestra encantadora “Málaga, Ciudad del Paraíso”, pero una gran lástima el no tener a mano aquellas nuestras grandes librerías que los de mi generación siempre frecuentábamos.


No tengo nada en contra de los bares, las tascas y las tiendas de zapatos, bolsos y vestidos (antes al contrario, para tomar cañas, soy el primero que se apunta) pero, por favor:
¿Dónde están ahora aquellas nuestras grandes librerías?

martes, 14 de abril de 2009

Muchas felicidades

¡Feliz Pascua de Resurrección!
Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado.
Así nos felicitamos los cristianos en estas fechas tan señaladas.
Si le dices a alguien: "Feliz Pascua", te dirá que estás rematadamente loco, en tanto que las pascuas se felicitan en diciembre.
Pero el cristiano sabe a qué nos referimos.
Y ya aprovecho para felicitar a mi hijo Pedrito: el domingo cumplió 5 años. Y él ya se ve muy mayor y muy alto. También dice que está mucho más fuerte (y me dice, "mira papá qué fuerte estoy", y me enseña sus biceps...., qué tío).
Desde luego, sí que ha crecido. Pero para mí, igual que todos sus hermanos, tiene la misma cara que cuando era un bebé.
Qué le vamos a hacer, será que me estoy haciendo viejo... pero la verdad es que todos mis hijos son "mis niños".... les veo tan pequeños, tan frágiles...
De todos modos, Pedrito: MUCHAS FELICIDADES.
Espero verte cumplir muchos, muchos, muchos más y que, por supuesto, sigas creciendo y haciéndote alto y fuerte.
Dios os bendiga a todos.

miércoles, 1 de abril de 2009

Qué pocos éramos hoy

Hoy una de mis hijas se fue de excursión con el cole.
Increíble pero, a pesar de que normalmente somos siete en la mesa, hoy sólo éramos seis y, fijaos qué cosas:
parecíamos poquísimos.
Y eso que esta hija mía no es de las que más hablan, como tampoco es, de mis hijos, de los que más ruido hacen.
Sin embargo el vacío estaba ahí: una silla vacía ¡¡Qué horror!!
Y los hermanos preguntaban dónde estaba.
¿Veis? Al final no es tan grande mi ejército.
Antes al contrario, cada vez que falta alguno de mis hijos, la casa parece estar vacía.
Hija mía, espero lo hayas pasado fenomenal en tu excursión pero:
¡qué pocos éramos hoy!