lunes, 28 de septiembre de 2009

Bienvenido a casa

Por fin, tras dos semanas de retraso, cuando ya mi mujer comenzaba a desesperar, cuando ya el resto de mis hijos tenían que incorporarse al colegio, cuando empezábamos a preocuparnos seriamente, por fin Isaac se decidió a nacer.

Fue el pasado 7 de septiembre, recién incorporado de las vacaciones, poco antes de las cuatro de la tarde, cuando Isaac vio la luz tras un estupendo parto: sí señor, un parto magnífico (de los mejores que mi mujer ha tenido). Y claro, es que Dios siempre tiene la última palabra, ¡vamos que sí que la tiene!

Cuatro kilitos y doscientos gramos (casi nada), y mi mujer como si tal cosa.

Gracias, querido Dios, por tus dones.
Gracias, querido Dios, por tus palabras.
Gracias, querido Dios, por tu fidelidad.
Te doy las gracias, mi querido Señor, simplemente porque siempre estás ahí, para bien y para mal.

Bienvenido a casa, querido Isaac.
Tus hermanos te esperaban ansiosos y, como tales, te han recibido.Bien sabes que te queremos, pero como a los demás, a ti también te digo que hay por encima nuestra uno que te quiere muchísimo más que nosotros. No dudes nunca de Él.