miércoles, 22 de diciembre de 2010

Los educadores


Ayer tarde mi hijo David tuvo a bien invitarme a su fiesta de Navidad del cole.

En absoluto me gusta este tipo de eventos. De hecho, cada vez que pienso en aglomeraciones de gentes, niños, fotos, etc... se me ponen los pelos de punta.
Pero ayer por la tarde noche fui, porque el pobre estaba muy ilusionado. Y fijaros qué cosa, me gustó bastante, más bien me gustó muchísimo. Disfruté como un enano.

Es increíble la labor que a diario y de forma callada, abnegada y discreta realizan los educadores.
Alabo esa forma, paciencia, serenidad, don de palabra y cariño con que los maestros y maestras tratan a nuestros hijos.
Porque para lidiar con 20 ó 30 críos de 3, 4 y 5 años hay que tener todos esos dones y otros muchos más.
Y además los críos obedecen, aprenden y acaban queriéndoles muchísimo.

Normalmente yo sólo suelo lidiar con 7 niños y, la verdad es que, la paciencia y la serenidad no son precisamente las virtudes más fuertes que Dios me haya concedido.
Y sin embargo esta gente fijaros cómo los tratan. Es admirable.
Y no sólo porque estén en público y tengan que actuar y poner bonitas y sonrientes caras ante nosotros sus padres. Cuando ves las fotos que durante cada día del año van haciéndose en el cole con los críos, sus rostros reflejan esa misma paz y alegría, por cierto, palabras bellísimas que en estas fechas se repiten una y otra vez y que, por desgracia, pierden todo su verdadero sentido.

El espectáculo de ayer fue precioso, pero detrás del telón, en bambalinas, estaban todos ellos animando y disfrutando de ver el fruto de esa su encomiable y nada despreciable labor cotidiana.

En fin, queridos educadores, mis queridos Antonio, Lola, Pepa, Carmen, Manolo, Mariví..., y todos esos a los que os veo cada día pero no conozco vuestro nombre: TENÉIS UNA MADERA ESPECIAL. No sois del todo conscientes de la gran labor que realizáis en favor de nuestras familias.

Que Dios os bendiga a todos, os conserve esos bellísimos dones y ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mentiras arriesgadas


Sí amigos, ya sé que es el título de una divertida comedia protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
Mas no se trata en este momento de hacer críticas cinematográficas (en tanto que el citado filme ya cuenta con unos pocos años), sino de comentar, simplemente comentar y compartir con vosotros, ciertas mentiras bien arriesgadas y no poco dañinas que desde hace tiempo vulneran ciertos aspectos de mi existencia.

En la empresa se nos habla de crisis, y siempre lo dicen aquellos y aquellas que, bien acomodados en sus lujosas moradas y paseándose en sus imponentes coches, lloran y lloran porque no tienen más aún de lo que ya han robado.

Se nos dice también que no hay dinero para pagar los sueldos completos y, sin embargo, se sigue malgastando el tiempo y el dinero en interminables comidas, viajes a tierras exóticas para no se sabe muy bien qué tipos de negocios, publicidad en ciertos eventos sociales y deportivos, y bla, bla, bla.... (y esto es para que se quejen los funcionarios).

Se lamentan las altas esferas (y eso es por ponerles un nombre) porque no hay para repartir beneficios, claro, porque no los hay, pero sólo para los que "trabajan", porque para los que no trabajan, es decir, para los que sólo cobran, sí que hay primas millonarias.

Y ya que de esferas va la cosa, si ya es incómodo tener siempre a tu lado al jefe, imaginaros lo que es trabajar rodeado de todos ellos y, para colmo, no tener un solo compañero.
¡Ay qué triste es eso!
¡Cuán triste resultar llevar ya para tres años pensando cada día en que te despiden por capricho!
¡Qué desagradable es pasar casi todo tu tiempo rodeado de amargados treintañeros egocéntricos exentos de problemas reales y sin más preocupaciones que su posición social, su carrera profesional y su cuenta corriente!

Bien amigos, sírvanme estas líneas para desahogarme, ya que si gritase, quizá hoy no estaría siquiera trabajando.

Pero que quede bien claro, es un riesgo muy alto el que corren estos que me rodean.
Desde el cielo hay quien mira todo este espectáculo y siempre se dijo aquello de que "quien ríe el último, lo hace mejor".

Feliz Navidad a todos.