viernes, 26 de febrero de 2016

Silencios

Aquellos huecos difíciles de volver a llenar, palabras que arrojamos o nos son arrojadas por arrebatos casi imposibles de controlar, reacciones fruto de nuestra propia primariedad…

Gastamos nuestras vidas intentando llenarlas, o ganar batallas, cuando lo que muchas veces conseguimos es vaciarlas, perdiendo aquéllas una y otra vez.  Mas contemplar una y otra vez el camino, quizá mal andado o mejor, posiblemente errado, o bien rebuscar en aquel hueco vacío aquello que tal vez, en alguna maltrecha ocasión perdimos, no sirve más que para empobrecer nuestra alma y sumirnos en la desesperanza y en la tristeza.

El hueco que deja de estar lleno, las palabras que aquella vez hirieron, los impulsos primarios difíciles de frenar, echar la vista atrás para recrearnos en aquellas profundas huellas… todo esto son, sin más, las páginas del libro de nuestra historia, de nuestra existencia; son los capítulos de nuestro vivir intensamente; son los acordes de esa nuestra perfecta y única gran sinfonía.

En cada página, en cada capítulo, en cada partitura, las pausas y los vacíos siempre son necesarios.  Su objeto no es más que hacernos reposar y serenar nuestras almas.

domingo, 14 de febrero de 2016

Un deporte muy común

La maledicencia, la murmuración, las críticas sin fundamento… todas esas cosas que en ocasiones tanto nos gustan a los humanos, se asimilan a hechos tan cotidianos como derramar un cubo de agua, arrugar un papel o romper un cristal.

Del cubo que se derrama, la totalidad de su agua es imposible de recoger; el papel que arrugamos, por más que nos empeñemos, jamás volverá a presentarse terso y con la suavidad suficiente como para que podamos escribir sobre él dulces palabras, pero además, si arrojamos un vaso de cristal al suelo, nos resulta tarea imposible el intentar recomponer, con los diminutos y dispersos trozos de cristal, aquel suave recipiente que nos brindó deleitarnos el paladar con su delicioso contenido.

Eso mismo ocurre cuando hablamos mal de nuestros semejantes (sí, semejantes, recordemos que eso somos, semejantes en todo): la fama queda totalmente desparramada por el suelo y es imposible volver a recogerla porque, inmediatamente, se evapora, exactamente igual que el agua; su semblante queda arrugado y, por más que volvamos a contemplarlo, sólo percibiremos la fealdad de sus arrugas, sin posibilidad de esbozar sobre él el menor atisbo de belleza y, por supuesto, toda su persona, toda su alma, todo su ser, quedan destrozados ante nosotros cual vaso de cristal arrojado a nuestros pies y ante el cual, la única opción que queda, es barrerlo para no herirnos los pies con el resultado de nuestra magnífica proeza.

Quizá nos suene a sandez, o nos resulte ciertamente ridículo, o incluso pueda llegar a ser insignificante, pero ese es, ni más ni menos, el resultado de algunas de nuestras “opiniones”.  Sin embargo, lo más gracioso de todo esto, es que este es uno de nuestros deportes preferidos.

Buen domingo a todos.

martes, 9 de febrero de 2016

Infinitamente libres

Barreras, obstáculos, impedimentos, muros, vallas...

Cada día se nos presenta cual inmenso reto en donde cientos o incluso miles de obstáculos tratan de impedir que cumplamos nuestros sueños o que alcancemos nuestras metas.

En cierto modo somos esclavos de nuestras palabras, de nuestros actos, de nuestras actitudes. Somos esclavos de aquello que, en definitiva, nos define como únicos y nos configura como absolutamente irrepetibles en esta compleja especie humana.

Pero allí, en lo más profundo de nuestros pensamientos, en lo más secreto de nuestro interior, en aquella sacratísima estancia de nuestra propia alma, es en donde somos realmente libres. Es ese lugar en donde, de modo absolutamente inefable, se cumplen nuestros sueños, se alcanzan nuestras metas y finalizan nuestras inquietudes. Es allí en donde nos mostramos en la plena desnudez de lo que realmente somos.

Por tanto, ninguna barrera, ningún obstáculo, ningún impedimento y ningún muro o valla conseguirá jamás detener la persecución sin condiciones de nuestras metas y nuestros sueños.

Feliz martes amigos, vamos a por todas.