miércoles, 16 de junio de 2010

Vergüenza ajena

Lo siento queridos amigos, pero eso es lo que hoy siento por casi todos los lados adonde miro, "vergüenza ajena":

Hoy nuestros amigos sindicalistas han dejado ver para qué sirven sus apasionadas y abnegadas gestiones en pro del bienestar de los trabajadores a quienes representan.

Hoy nuestro querido gobierno nos manda a ver el fútbol para congratularnos con victorias imaginarias (curiosamente eso mismo hacía El Caudillo para alienar a los españolitos de a pie).

Hoy nuestros futbolistas han vuelto a hacer gala de su preparación y buen hacer como estrellas galácticas del papel couché.

Hoy mis compañeros de trabajo han estado viendo el vergonzoso partido de fútbol de nuestra selección en la misma oficina, bebiendo café y coca cola, desatendiendo sus deberes primordiales para acrecentar la productividad. Una vez finalizado el mismo, se han marchado tranquilamente quedando la oficina desierta y, a los que no nos gusta tanto el fútbol, nos ha quedado la tarea que ellos han dejado pendiente.

Lo siento amigos: siento vergüenza de que alguien civilizado me identifique hoy con toda esta gentuza.